Amistad verdadera

Había una vez un hombre que vivió cientos de años atrás, que hizo algo por lo que el rey le condenó a muerte. Después de escuchar la sentencia, el hombre se dirigió al rey y le pidió "¿Puedo por favor contar con una semana para poner mis asuntos en orden?".

El rey le respondió, "Me gustaría concederte este deseo, pero me preocupa que huyas y no regreses para enfrentar tu condena. Si puedes encontrar a alguien que ocupe tu sitio mientras te dejo en libertad por una semana para que te ocupes de arreglar tus asuntos, te dejaré ir. Pero ten en mente que si no vuelves a tiempo para enfrentar tu condena; mataré a tu amigo, aun si llegas un minuto tarde. Sin embargo, si vuelves antes de que pase una semana, la sentencia se llevará a cabo contigo, como se suponía".

Este hombre acudió a su mejor amigo, a quien había amado desde la niñez, y le preguntó, "¿puedes hacerme este favor? Requiero una semana para arreglar mis asuntos antes de que el rey me sentencie a muerte. Necesito que me sustituyas en la cárcel por una semana y así el rey me permitirá ir".

Su amigo le respondió, "claro que iré a la cárcel en tu lugar, haría cualquier cosa por ti".

Pasa una semana y el hombre pone sus asuntos en orden. Pero se demora en el camino de vuelta y llega un poco tarde de regreso a la cárcel. El rey decide, "este hombre no ha cumplido su promesa, así que no tengo más remedio que llevar a cabo la sentencia de muerte en su amigo". Los guardias acompañan a su amigo a los calabozos para que se prepare para ser ahorcado.

Y entonces el hombre que estaba originalmente sentenciado a muerte empieza a correr hacia los calabozos. "¡Aquí estoy! ¡Aquí estoy! Se me hizo un poco tarde pero aquí estoy". Yo fui el sentenciado a muerte así que yo soy el que debe morir. Liberen a mi amigo y pónganme en su lugar".

Entonces el amigo empieza a gritarle de vuelta, "¡No, pasaron los siete días! De acuerdo con los términos de su contrato, mi amigo no puede ser ejecutado. Ahora soy yo el que se supone que debe morir!". Y ambos empezaron a alegar por sus casos ante el rey, rogando cada uno por ser ejecutado en lugar de su amigo.

El rey, al ver el amor desinteresado entre estos dos amigos, pidió silencio. "Mi decreto mandaba la muerte de una persona, pero veo que el lazo entre ustedes es tan completo que si llevo a acabo la sentencia estaré matando a dos personas. Por lo tanto me veo forzado a anular mi decreto original. Ambos pueden irse".


Cuando miras tu vida, ¿puedes identificar una amistad así? Si no, esfuérzate por desarrollar este nivel de preocupación y altruismo dentro de ti. Sé conciente de que cuando desarrollas un lazo así de profundo con otro ser humano, eliminas juicio y abres las puertas a un tremendo flujo de Luz y bendiciones a tu vida.

¡Podamos todos merecer un amigo verdadero!

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