El anillo del Rey


Hubo una vez un rey que dijo a los sabios de la corte:

- Me estoy fabricando un precioso anillo. He conseguido uno de los mejores diamantes posibles. Quiero guardar oculto dentro del anillo algún mensaje que pueda ayudarme en momentos de desesperación total, y que ayude a mis herederos, y a los herederos de mis herederos, para siempre. Tiene que ser un mensaje pequeño, de manera que quepa debajo del diamante del anillo.

Todos quienes escucharon eran sabios, grandes eruditos; podrían haber escrito grandes tratados, pero darle un mensaje de no más de dos o tres palabras que le pudieran ayudar en momentos de desesperación total...

Pensaron, buscaron en sus libros, pero no podían encontrar nada. El rey tenía un anciano sirviente que también había sido sirviente de su padre. La madre del rey murió pronto y este sirviente cuidó de él, por tanto, lo trataba como si fuera de la familia. El rey sentía un inmenso respeto por el anciano, de modo que también lo consultó. Y éste le dijo:

-No soy un sabio, ni un erudito, ni un académico, pero conozco el mensaje. Durante mi larga vida en palacio, me he encontrado con todo tipo de gente, y en una ocasión me encontré con un místico. Era invitado de tu padre y yo estuve a su servicio. Cuando se iba, como gesto de agradecimiento, me dio este mensaje –el anciano lo escribió en un diminuto papel, lo dobló y se lo dio al rey-. Pero no lo leas –le dijo- mantenlo escondido en el anillo. Ábrelo sólo cuando todo lo demás haya fracasado, cuando no encuentres salida a la situación-

Ese momento no tardó en llegar. El país fue invadido y el rey perdió el reino. Estaba huyendo en su caballo para salvar la vida y sus enemigos lo perseguían. Estaba solo y los perseguidores eran numerosos. Llegó a un lugar donde el camino se acababa, no había salida: enfrente había un precipicio y un profundo valle; caer por él sería el fin. Y no podía volver porque el enemigo le cerraba el camino. Ya podía escuchar el trotar de los caballos. No podía seguir hacia delante y no había ningún otro camino...

De repente, se acordó del anillo. Lo abrió, sacó el papel y allí encontró un pequeño mensaje tremendamente valioso: Simplemente decía “ESTO TAMBIÉN PASARA”.

Mientras leía “esto también pasará” sintió que se cernía sobre él un gran silencio. Los enemigos que le perseguían debían haberse perdido en el bosque, o debían haberse equivocado de camino, pero lo cierto es que poco a poco dejó de escuchar el trote de los caballos.

El rey se sentía profundamente agradecido al sirviente y al místico desconocido. Aquellas palabras habían resultado milagrosas. Dobló el papel, volvió a ponerlo en el anillo, reunió a sus ejércitos y reconquistó el reino. Y el día que entraba de nuevo victorioso en la capital hubo una gran celebración con música, bailes... y él se sentía muy orgulloso de sí mismo. El anciano estaba a su lado en el carro y le dijo: -Este momento también es adecuado: vuelve a mirar el mensaje.
-¿Qué quieres decir? –preguntó el rey-. Ahora estoy victorioso, la gente celebra mi vuelta, no estoy desesperado, no me encuentro en una situación sin salida.

-Escucha –dijo el anciano-: este mensaje no es sólo para situaciones desesperadas; también es para situaciones placenteras. No es sólo para cuando estás derrotado; también es para cuando te sientes victorioso. No es sólo para cuando eres el último; también es para cuando eres el primero. El rey abrió el anillo y leyó el mensaje: “Esto también pasará”, y nuevamente sintió la misma paz, el mismo silencio, en medio de la muchedumbre que celebraba y bailaba, pero el orgullo, el ego, había desaparecido. El rey pudo terminar de comprender el mensaje. Se había iluminado. Entonces el anciano le dijo:

-Recuerda que todo pasa. Ninguna cosa ni ninguna emoción son permanentes. Como el día y la noche, hay momentos de alegría y momentos de tristeza. Acéptalos como parte de la dualidad de la naturaleza porque son la naturaleza misma de las cosas.

Había un hombre que tenía cuatro hijos.


El buscaba que ellos aprendieran a no juzgar las cosas tan rápidamente; entonces el envió a cada uno por turnos a ver un árbol de peras que estaba a una gran distancia. El primer hijo fué en el Invierno, el segundo en Primavera, el tercero en Verano y el hijo más joven en el Otoño.


Cuando todos ellos habían ido y regresado, él los llamo y juntos les pidió que describieran lo que habían visto. El primer hijo mencionó que el árbol era horrible, doblado y retorcido. El segundo dijo que no, que estaba cubierto con brotes verdes y lleno de promesas. El tercer hijo no estuvo de acuerdo, él dijo que estaba cargado de flores, que tenía un aroma muy dulce y se veía muy hermoso, era la cosa más llena de gracia que jamás había visto. El último de los hijos no estuvo de acuerdo con ninguno de ellos, el dijo que estaba maduro y marchitándose de tanto fruto, lleno de vida y satisfacción.


Entonces el hombre les explicó a sus hijos que todos tenían la razón, porque ellos solo habían visto una de las estaciones de la vida del árbol. El les dijo a todos que no deben de juzgar a un árbol, o a una persona,por solo ver una de sus temporadas, y que la esencia de lo que son, el placer, regocijo y amor que viene con la vida puede ser solo medida al final, cuando todas las estaciones han pasado. Si tú te das por vencido en el invierno, habrás perdido la promesa de la primavera, la belleza del verano y la satisfacción del otoño.


No dejes que el dolor de alguna estación destruya la dicha del resto. No juzgues la vida por una sola estación difícil. Persevera a través de las dificultades y malas rachas… mejores tiempos seguramente vienen por delante.


¿Porque gritan las personas?



Un dia Meher Baba preguntó a sus mandalies lo siguiente: ¿por qué las personas se gritan cuando estan enojadas?
Los hombres pensaron unos momentos:
porque perdemos la calma , por eso gritamos.
Pero ¿por qué gritar cuando la otra persona está a tu lado? preguntó Meher Baba; ¿No es posible hablarle en voz baja? ¿por qué gritas a una persona cuando estás enojado?. Los hombres dieron algunas otras respuestas pero ninguna de ellas satisfacía a Meher Baba.
Finalmente él explicó:
Cuando dos personas están enojadas, sus corazones se alejan mucho. Para cubrir esa distancia deben gritar, para poder escucharse. Mientras más enojados estén, más fuerte tendrán q gritar para escucharse uno a otro a través de esa gran distancia.
Luego Meher Baba preguntó:
¿Qué sucede cuando dos personas se enamoran?
Ellos no se gritan sino que se hablan suavemente... ¿Por qué? Porque sus corazones están muy cerca. La distancia entre ellos es muy pequeña. Meher Baba continuó: -Cuando se enamoran aún más ¿Qué sucede? No hablan, sólo susurran y se acercan mas en su amor. Finalmente no necesitan siquiera susurrar, sólo se miran y eso es todo.
Así es ¡cuán cerca están dos personas cuando se aman!
Luego Meher Baba dijo:
Cuando discutan no dejen que sus corazones se alejen, no digan palabras que los distancien más, llegará un día en que la distancia sea tanta que no encontrarán más el camino de regreso.


Envejecer es Obligatorio, Madurar es Opcional


El primer día en la universidad nuestro profesor se presentó y nos pidió que procuráramos llegar a conocer a alguien a quien no conociéramos todavía. Me puse de pie y miré a mí alrededor, cuando una mano me tocó suavemente el hombro. Me di la vuelta y me encontré con una viejita arrugada cuya sonrisa le alumbraba todo su ser. 'Hola, buen mozo. Me llamo Rose. Tengo ochenta y siete años. ¿Te puedo dar un abrazo?
Me reí y le contesté con entusiasmo: '¡Claro que puede!' Ella me dio un abrazo muy fuerte.
'Por qué está usted en la universidad a una edad tan temprana, tan inocente?', le pregunté. Riéndose contestó: 'Estoy aquí para encontrar un marido rico, casarme, tener unos dos hijos, y luego jubilarme y
viajar.'
'Se lo digo en serio', le dije. Quería saber qué le había motivado a ella a afrontar ese desafío a su edad.
'¡Siempre soñé con tener una educación universitaria y ahora la voy a tener!', me dijo. Después de clases caminamos al edificio de la asociación de estudiantes y compartimos un batido de chocolate. Nos hicimos amigos enseguida. Todos los días durante los tres meses siguientes salíamos juntos de la clase y hablábamos sin parar. Me fascinaba escuchar a esta "máquina del tiempo".
Ella compartía su sabiduría y experiencia conmigo. Durante ese año, Rose se hizo muy popular en la universidad; hacía amistades a donde iba. Le encantaba vestirse bien y se deleitaba con la atención que recibía de los demás estudiantes. Se lo estaba pasando de maravilla. Al terminar el semestre le invitamos a Rose a hablar en nuestro banquete de fútbol.
No olvidaré nunca lo que ella nos enseñó en esa oportunidad. Luego de ser presentada, subió al podio. Cuando comenzó a pronunciar el discurso que había preparado de antemano, se le cayeron al suelo las tarjetas donde tenía los apuntes.
Frustrada y un poco avergonzada se inclinó sobre el micrófono y dijo simplemente, 'disculpen que esté tan nerviosa. Dejé de tomar cerveza por cuaresma y ¡este whisky me está matando!'
'No voy a poder volver a poner mi discurso en orden, así que permítanme simplemente decirles lo que sé.' Mientras nos reíamos, ella se aclaró la garganta y comenzó: 'No dejamos de jugar porque estamos viejos; nos ponemos viejos porque dejamos de jugar. Hay sólo cuatro secretos para mantenerse joven, ser feliz y triunfar.'
'Tenemos que reír y encontrar el buen humor todos los días.'
'Tenemos que tener un ideal. Cuando perdemos de vista nuestro ideal, comenzamos a morir. ¡Hay tantas personas caminando por ahí que están muertas y ni siquiera lo saben!'
'Hay una gran diferencia entre ponerse viejo y madurar. Si ustedes tienen diecinueve años y se quedan en la cama un año entero sin hacer nada productivo se convertirán en personas de veinte años. Si yo tengo ochenta y siete años y me quedo en la cama por un año sin hacer nada tendré ochenta y ocho años.
Todos podemos envejecer. No se requiere talento ni habilidad para ello. Lo importante es que maduremos encontrando siempre la oportunidad en el cambio.'
'No me arrepiento de nada. Los viejos generalmente no nos arrepentimos de lo que hicimos sino de lo que no hicimos. Los únicos que temen la muerte son los que tienen remordimientos.'
Terminó su discurso cantando 'La Rosa'. Nos pidió que estudiáramos la letra de la canción y la pusiéramos en práctica en nuestra vida diaria.
Rose terminó sus estudios. Una semana después de la graduación, Rose murió tranquilamente mientras dormía. Más de dos mil estudiantes universitarios asistieron a las honras fúnebres para rendir tributo a la maravillosa mujer que les enseñó con su ejemplo que nunca es demasiado tarde para llegar a ser todo lo que se puede ser.

"No olviden que ENVEJECER ES OBLIGATORIO; MADURAR ES OPCIONAL."


Chau Pesimismo


Ya sos mayor de edad
tengo que despedirte
pesimismo

años que te preparo el desayuno
que vigilo tu tos de mal agüero
y te tomo la fiebre
que trato de narrarte pormenores
del pasado mediato
convencerte de que en el fondo somos
gallardos y leales
y también que al mal tiempo buena cara

pero como si nada
seguís malhumorado arisco e insociable
y te repantigás en la avería
como si fuese una butaca pullman

se te ve la fruición por el malogro
tu viejo idilio con la mala sombra
tu manía de orar junto a las ruinas
tu goce ante el desastre inesperado

claro que voy a despedirte
no sé por qué no lo hice antes
será porque tenés tu propio método
de hacerte necesario
y a uno lo deja triste tu tristeza
amargo tu amargura
alarmista tu alarma

ya sé vas a decirme no hay motivos
para la euforia y las celebraciones
y claro cuandonó tenés razón

pero es tan boba tu razón tan obvia
tan remendada y remedada
tan igualita al pálpito
que enseguida se vuelve sinrazón

ya sos mayor de edad
chau pesimismo

y por favor andate despacito
sin despertar al monstruo

Mario Benedetti.-

estadOs de animO




Unas veces me siento
como pobre colina
y otras como montaña
de cumbres repetidas.

Unas veces me siento
como un acantilado
y en otras como un cielo
azul pero lejano.

A veces uno es
manantial entre rocas
y otras veces un árbol
con las últimas hojas.
Pero hoy me siento apenas
como laguna insomne
con un embarcadero
ya sin embarcaciones
una laguna verde
inmóvil y paciente
conforme con sus algas
sus musgos y sus peces,
sereno en mi confianza
confiando en que una tarde
te acerques y te mires,
te mires al mirarme.

Mario Benedetti.-

Somewhere Over the Rainbow


En algún lugar sobre el arco iris
subiendo más arriba
y los sueños
con los que soñaste
una vez en una canción de cuna.

En algún lugar sobre el arco iris
las aves azules vuelan
y los sueños
con los que soñaste
realmente se vuelven realidad.

Un día pediré un deseo a una estrella,
de levantarme donde las nubes
esten muy por detrás mío.

Donde el problema se derrite
como gotas de limón
más arriba del tope de una chimenea es
donde me encontrarás.

En algún lugar sobre el arcoiris
las aves azules vuelan,
y los sueños
con los que te atreves
oh por qué, oh ¿por qué no puedo?.

Bueno, veo árboles verdes, rosas rojas también
las veré florecer, para ti y para mi
y pienso a mi mismo, que mundo tan maravilloso.

Bueno, veo cielos azules y nubes blancas,
Y en la luz del día, me gusta la obscuridad,
y pienso a mi mismo, que mundo tan maravilloso.

Los colores del arco iris, tan lindos en el cielo,
también están en los rostros de la gente que pasa.
Veo amigos dándose la mano, diciendo: ¿Cómo estás?
ellos en realidad están diciendo: Yo, yo te amo.

Escucho a bebés llorar
Los veo crecer.
Ellos aprenderán mucho más de lo que jamás sabremos.
Y pienso a mi mismo, que mundo tan maravilloso
Si, pienso a mi mismo, que mundo tan maravilloso.

Carrera...



Cuentan que una vez, la liebre osó desafiar a la sabia tortuga a una carrera por los alrededores del bosque.
La liebre, de pura apurada, apenas la tortuga consintió tamaño disparate, se puso a entrenar. Era seguro que ganaría, pero de todas formas quería ser la más rápida.

Por fin llegó el gran día. Tortuga y liebre, enfrentadas, empezaron la carrera, de cara a los curiosos animalitos, que al enterarse no quisieron perderse el espectáculo.
La liebre salió a pasos agigantados perdiéndose entre los arboles. La tortuguita, a paso lento, bordeaba el camino y sonreía a los espectadores. Tan lento iba que los animalitos se cansaron y comenzaron a retarse a ver quién podría alcanzar a la liebre.
La carrera duró tres horas. Triunfal, la liebre hizo el tramo final ''contorneándose y segurísima de sí misma, mientras los animales murmuraban extasiados, queriéndose todos parecerse a ella. Bueno, no todos, porque muchas tortuguitas se quedaron a esperar a su sabia compañera que, firme en su andar, seguía la caminata.
A ella le tomó dos dias hacer el trayecto que tan velozmente la liebre había recorrido en pocas horas. Cuando por fin llegó, ahi estaba la liebre, y sus secuaces, para reirse de ella, de lo lenta que era y lo loca que estaba... que cómo había aceptado enfrentarse a la gran liebre.
La tortuga miraba en silencio y se sonreía. La liebre enfurecida, no entendía el porque de tanta sonrisa, ¡si no había nada para festejar!
'¿Cómo que no hay nada para festejar?-' respondió la tortuga. '¡Claro que hay, y mucho! ¿Vos crees que ganaste la carrera solo por llegar primero? creo que estas muy equivocado'.

Entonces la tortuga le explicó, cómo en esos dos días había aprendido a descubrirle infinitas formas a las nubes, como se había matado de la risa cuando una mariposa se posó en su caparazón y se quedó allí a descansar. Le contó sobre los diferentes tipos de árboles, cómo los fue saludando a cada uno de ellos y preguntádoles el nombre. Los árboles, disfrutando de la atención que nunca reciben, le contaron los secretos que guardaban en las ramas. Aprendió que la lluvia de rocío es la mas suave de todas, que la luna nunca muestra dos veces la misma cara, y derramó unos lagrimones cuando despuntó el amanecer.
Entretanto los animales eufóricos se fueron callando, y la liebre comenzó a sonrojarse, tanto como un tomate, mientras aumentaba su vergüenza.

'¿Vos crees que ganás la carrera sólo por llegar primero?'- repitió la tortuga, ahora ella triunfal. 'Te confundiste, resulta que el camino es siempre más provechoso, y las lecciones más importantes uno las aprende viajando...
¿De qué te sirvió llegar primero si no pudiste disfrutar de ninguna de estas cosas?

Nunca entenderé tu apuro de llegar antes, si de todas formas ibas a llegar...



Querido Amig@:


Si tienes secretos que quieres contar,
podemos hablar durante todo un día.

Si tus sueños se vienen abajo por alguna razón,
te hare recordar de donde perteneces.

Si necesitas una fuerza para apoyarte...
puedes sostener mi mano por un momento.

Si tu mundo comienza a caerse,
Me quedare hasta que sonrías.

Cuando necesites un poco de espacio...
aquí está mi corazón, ¡puedes tomarlo!

Si alguien rompe tu corazón...
juntas lo volveremos a armar.

Cuando te sientas cansada o vacía por dentro...
te Demostrare que no estás sola.

Si te pierdes allá afuera...
te ire a buscar y te traere de vuelta a casa,
e ire contigo a cualquier lado
cuando necesites estar lejos.

Cuando nada parezca estar yendo bien
y necesites un amigo... ¡Ahí estare!

Pues un amigo es alguien que conoce la canción en tu corazón...
y puede cantarla cuando a ti ya se te ha olvidado la letra.


El circulo del 99...




Primero queremos algo
Damos lo mejor de nostros por tenerlo
Si esto no sucede tenemos dos caminos
Uno aceptar que eso no era para nosotros
Y empezar a ver que es lo verdaderamente bueno para nosotros
Otro el de empeñarnos tanto en conseguirlo
que dejamos cosas importantes por lograrlo
Entonces nos hacemos esclavos de ese querer
Infelices
Empezamos a creer que nuestra infelicidad
es causada por la falta de esto
Eso nos pone en la situación de creer
que cuando lo consigamos seremos felices
A veces lo hacemos, a veces no
Nunca estamos satisfechos
Entonces buscamos otro objetivo para tratar de ser felices al conseguirlo
De repente nos metemos en un circulo muy conocido
El del 99, siempre nos falta algo
Pero que es lo que realmente nos falta
NADA
Solo darse cuenta de esto
Podemos estar toda la vida buscando fuera
Si lo hacemos con mucho empeño
Quiza nos demos cuenta cuando hayamos buscado en todas partes
Que no es fuera la busqueda
Sino dentro de uno
Tambien podemos darnos cuenta sin necesidad de buscar fuera
Empezando por dentro de nosotros mismos
Como sea que lo hagamos
Terminaremos encontrando esa felicidad EN nosotros
Que es lo que hay dentro de mi que me va a hacer feliz?
El universo
Las sensaciones
Esta todo dentro de uno
No es el arbol verde por ser verde
Es verde por que yo asi lo veo
De la misma manera no es mi vida hermosa por serlo
Sino por como yo la siento
Eso es LIBERTAD
No depender de lo externo
Sino de mi…

Dime


Dime por favor donde no estás
en qué lugar puedo no ser tu ausencia
dónde puedo vivir sin recordarte,
y dónde recordar, sin que me duela.

Dime por favor en que vacío,
no está tu sombra llenando los centros;
dónde mi soledad es ella misma,
y no el sentir que tú te encuentras lejos.

Dime por favor por qué camino,
podré yo caminar, sin ser tu huella;
dónde podré correr no por buscarte,
y dónde descanzar de mi tristeza.

Dime por favor cuál es la noche,
que no tiene el color de tu mirada;
cuál es el sol, que tiene luz tan solo,
y no la sensación de que me llamas.

Dime por favor donde hay un mar,
que no susurre a mis oídos tus palabras.

Dime por favor en qué rincón,
nadie podrá ver mi tristeza;
dime cuál es el hueco de mi almohada,
que no tiene apoyada tu cabeza.

Dime por favor cuál es la noche,
en que vendrás, para velar tu sueño;
que no puedo vivir, porque te extraño;
y que no puedo morir, porque te quiero.

Jorge Luis Borges

Le llaman la "crisis del cuarto de vida"


Te empiezas a dar cuenta que tu círculo de amigos es más pequeño que hace unos años.
Te das cuenta de que cada vez es más difícil ver a tus amigos y coordinar horarios por diferentes cuestiones: trabajo, estudios, pareja, etc...
Y cada vez disfrutas más de esa cervecita que sirve como excusa para charlar un rato. Las multitudes ya no son 'tan divertidas'... hasta a veces te incomodan.
Y extrañas la comodidad de la escuela, de los grupos, de socializar con la misma gente de forma constante.
Pero te empiezas a dar cuenta que mientras algunos eran verdaderos amigos otros no eran tan especiales después de todo.
Te empiezas a dar cuenta de que algunas personas son egoístas y que, a lo mejor, esos amigos que creías cercanos no son exactamente las mejores personas que has conocido y que la gente con las que has perdido contacto resultan ser amigos de los más importantes para ti.
Ríes con más ganas, pero lloras con menos lágrimas, y con más dolor.
Te rompen el corazón y te preguntas como esa persona que amaste tanto te pudo hacer tanto mal.
O quizás te acuestes por las noches y te preguntes por qué no puedes conocer a alguien lo suficientemente interesante como para querer conocerlo mejor.
Pareciera como si todos los que conoces ya llevan años de novios y algunos empiezan a casarse. Quizás tú también amas realmente a alguien, pero simplemente no estás seguro si te sientes preparado para comprometerte por el resto de tu vida.
Los ligues y las citas de una noche te empiezan a parecer baratos, y emborracharte y actuar como un idiota empieza a parecerte verdaderamente estúpido.
Salir tres veces por fin de semana resulta agotador y significa mucho dinero para tu pequeño sueldo.
Miras tu trabajo y quizás no estés ni un poco cerca de lo que pensabas que estarías haciendo. O quizás estés buscando algún trabajo y piensas que tienes que comenzar desde abajo y te da un poco de miedo.
Tratas día a día de empezar a entenderte a ti mismo, sobre lo que quieres y lo que no. Tus opiniones se vuelven más fuertes.
Ves lo que los demás están haciendo y te encuentras a ti mismo juzgando un poco más de lo usual porque de repente tienes ciertos lazos en tu vida y adicionas cosas a tu lista de lo que es aceptable y de lo que no lo es.
A veces te sientes genial e invencible, y otras...solo, con miedo y confundido.
De repente tratas de aferrarte al pasado, pero te das cuenta de que el pasado cada vez se aleja más y que no hay otra opción que seguir avanzando.
Te preocupas por el futuro, préstamos, dinero... y por hacer una vida para ti. Y mientras ganar la carrera sería grandioso, ahora tan solo quisieras estar compitiendo en ella.
Lo que puede que no te des cuenta es que todos los que estamos leyendo esto nos identificamos con ello.
Todos nosotros tenemos 'veintitantos' y nos gustaría volver a los 15-16 algunas veces.
Parece ser un lugar inestable, un camino en tránsito, un desbarajuste en la cabeza... pero TODOS dicen que es la mejor época de nuestras vidas y no tenemos que desaprovecharla por culpa de nuestros miedos...
Dicen que estos tiempos son los cimientos de nuestro futuro. Parece que fue ayer que teníamos 16... ¿¡Entonces mañana tendremos 30!? ¿¿¿¡¡¡Así de rápido!!!???
HAGAMOS VALER NUESTRO TIEMPO... QUE NO SE NOS PASE!

La vida no se mide por las veces que respiras, sino por aquellos momentos que te dejan sin aliento...


No dejes morir al amor…



Hubo una vez en la historia del mundo un día terrible en que el Odio, que es el rey de los malos sentimientos, los defectos y las malas virtudes, convocó a una reunión urgente con todos ellos.
Todos los sentimientos más oscuros y los deseos más perversos del corazón humano llegaron a esta reunión con curiosidad de saber cual era el propósito.
Cuando estuvieron todos, habló el Odio y dijo: “Los he reunido aquí a todos porque deseo con todas mis fuerzas matar a alguien”.
Los asistentes no se extrañaron mucho pues era el Odio que estaba hablando y el siempre quiere matar a alguien, sin embargo se preguntaban entre quién sería tan difícil de matar para que el Odio los necesitara a todos.
“Quiero que maten al Amor”, dijo. Muchos sonrieron malévolamente pues más de uno le tenía ganas.
El primer voluntario fue el Mal Carácter, quien dijo: “Yo iré y les aseguro que en un año el Amor habrá muerto, le provocaré tal discordia y rabia que no lo soportará”.
Al cabo de un año, se reunieron otra vez y al escuchar el reporte del Mal Carácter quedaron muy decepcionados. “Lo siento, lo intenté todo, pero cada vez que yo sembraba una discordia, el Amor la superaba y salía adelante”.
Fue entonces cuando muy diligente se ofreció la Ambición, que haciendo alarde a su poder dijo: “En vista que el Mal carácter fracasó, iré yo. Desviaré la atención del Amor hacia el deseo por la riqueza y el poder. Eso nunca lo ignorará”.
Y empezó la Ambición el ataque hacia su víctima, quien efectivamente cayó herida. Pero después de luchar por salir adelante renunció a todo su deseo desbordado de poder y triunfo de nuevo.
Furioso el Odio por el fracaso de la Ambición, envió a los Celos, quienes burlones y perversos inventaban toda clase de artimañas y situaciones para despistar al Amor y lastimarlo con dudas y sospechas infundadas.
Pero el Amor confundido lloró, y pensó que no quería morir y con valentía y fortaleza se impuso sobre ellos y los venció.
Año tras año, el Odio siguió en su lucha enviando a sus más hirientes compañeros, envió a la Frialdad, al Egoísmo, la Indiferencia, la Pobreza, la Enfermedad y a muchos otros que siempre fracasaron porque cuando el Amor se sentía desfallecer tomaba de nuevo fuerzas y todo lo superaba.
El Odio, convencido de que el Amor era invencible, les dijo a todos los demás: “Nada que hacer, el Amor lo ha soportado todo, llevamos muchos años insistiendo y no lo logramos”.
De pronto, de un rincón del salón se levantó un sentimiento poco conocido y que vestía todo de negro con un sombrero gigante que no dejaba ver su rostro. Su aspecto era fúnebre como el de la muerte. “Yo mataré al amor”, dijo con seguridad.
Todos se preguntaron quien era ese que pretendía hacer sólo, lo que ninguno había podido.
El Odio dijo sin perder tiempo: “Ve y hazlo”
Tan solo había pasado algún tiempo cuando el Odio volvió a llamar a todos para comunicarles que después de tanto esperar… ¡el Amor había muerto!
Entonces, el sentimiento del sombrero negro habló: “ahí les entrego al Amor, totalmente destrozado y muerto” Y se marchó.
“¡Espera!-dijo el Odio-¿en tan poco tiempo lo eliminaste por completo, lo desesperaste y no hizo el menor esfuerzo para vivir? ¿Quién eres?”
El sentimiento por primera vez alzó su rostro y dijo: “Soy la Rutina”

El rey sin reina...



Cuentan que habia una vez un Rey muy apuesto que estaba buscando esposa. Por su palacio pasaron todas las mujeres más hermosas del reino y de otros más lejanos; muchas le ofrecian además de su belleza y encantos muchas riquezas, pero ninguna lo satisfacía tanto como para convertirse en su Reina.

Cierto día, llego una mendiga al palacio de esta Rey y con mucha lucha consigue una audiencia “No tengo nada material que ofrecerte; solo puedo darte el gran amor que siento por ti” le dijo al Rey, “si me permites, puedo hacer algo para demostrarte ese amor”. Esto despertó la curiosidad del rey, que es eso que puedes hacer por mi? le pregunto.

Pasaré 100 días en tu balcón, sin comer ni beber nada, expuesta a la lluvia, al sereno, al sol y al frío de la noche. Si puedo soportar estos 100 dias, entonces me convertirás en tu esposa. El Rey, sorprendido más que conmovido, aceptó el reto. Le dijo acepto. Si una mujer puede hacer todo esto por mí, es digna de ser mi esposa.Dicho esto la mujer empezó su sacrificio.

Empezaron a pasar los dias y la mujer valientemente soportaba las peores tempestades…muchas veces sentía que desfallecía del hambre y el frío, pero la alentaba imaginarse finalmente al lado de su gran amor. De vez en cuando el Rey asomaba la cara desde la comodidad; de su habitacion para verla y le hacia señas de aliento con el pulgar. Así fue pasando el tiempo…20 dias…50 la gente del reino estaba feliz, pues pensaban “por fin tendremos Reina”…90 dias… y el Rey continuaba asomando su cabeza, de vez en cuando, para ver los progresos de la mujer. “esta mujer es increible” pensaba para si mismo y volvia a darle aliento con señas.

Al fin llego el dia 99 y todo el pueblo empezó a reunirse en las afueras del Palacio para ver el momento en que aquella mendiga se convertiría en esposa del Rey. Fueron contando las horas…a las 12 de la noche de ese día tendrian Reina!… la pobre mujer estaba muy desmejorada; habia enflaquecido mucho y contraído enfermedades. Entonces sucedía. A las 11:00 de la noche de aquel día 99, faltando apenas una hora para que llegara el día 100, la valiente mujer se rendía… y decidia retirarse de aquel palacio

Dió una triste mirada al sorprendido Rey y sin decir ni media palabra se marchaba.

La gente estaba conmocionada!! Nadie podía entender por que aquella valiente mujer se habia rendido faltando tan solo 1 hora para ver sus sueños convertirse en realidad!!! Habia soportado tanto!!. Al llegar a su casa, su padre se habia enterado ya de lo ocurrido. Le preguntó ¿por qué te rendiste a tan solo instantes de ser la Reina? y ante su asombro ella respondió:

Estuve 99 dias y 23 horas en su balcón, soportando todo tipo de calamidades y no fue capaz de liberarme de ese sacrificio. Me veía padecer y solo me alentaba a continuar, sin mostrar siquiera un poco de piedad ante mi sufrimiento. Esperé todo este tiempo un atisbo de bondad y consideración que nunca llegaron. Entonces entendí: una persona tan egoísta, desconsiderada y ciega, que solo piensa en si misma, no merece mi amor.

Moraleja: Cuando ames a alguien y sientas que para mantener a esa persona a tu lado tienes que sufrir, sacrificar tu esencia y hasta rogar… aunque te duela, retírate. Y no tanto porque las cosas se tornen dificíles, sino porque quien no te haga sentir valorado (a), quien no sea capaz de dar lo mismo que tú, quien no pueda establecer el mismo compromiso, la misma entrega, simplemente NO TE MERECE

La Tortuga y La Liebre



Una tortuga y una liebre siempre discutían sobre quién era más rápida. Para dirimir el conflicto de opiniones, decidieron correr una carrera.
Eligieron una ruta y comenzaron la competencia. La liebre largó a toda velocidad y corrió enérgicamente durante un buen rato. Luego, al ver que había sacado muchísima ventaja, decidió sentarse debajo de un árbol para descansar unos momentos, recuperar fuerzas y luego continuar su marcha. Pero pronto se quedó dormida. La tortuga, que andaba con paso lento pero constante, la alcanzó, la superó y terminó en punta, declarándose ganadora indiscutible de la carrera.
Moraleja: "Los lentos pero constantes y perseverantes, también ganan la carrera."
Pero la historia no terminó aquí, sino que prosigue...
La liebre, decepcionada por haber perdido, hizo un examen de conciencia y reconoció su grave error de subestimar a la tortuga. Se dio cuenta que por presumida y descuidada había perdido la carrera. Si no hubiese subestimado a su oponente, nunca la hubiera podido vencer. Entonces, desafió a la tortuga a una nueva competencia. Esta vez, la liebre corrió sin descanso desde el principio hasta el fin y su triunfo fue contundente.
Moraleja: "Los rápidos y tenaces vencen a los constantes y perseverantes."
Pero la historia tampoco termina aquí...
Después de ser derrotada, la tortuga reflexionó detenidamente y llegó a la conclusión de que no había forma de ganarle a la liebre en velocidad. De la manera como estaba planteada la carrera, ella siempre perdería.
Por eso, desafió nuevamente a la liebre, pero propuso correr por una ruta distinta a la anterior. La liebre aceptó y corrió a toda velocidad, hasta que se encontró en su camino con un ancho río. La liebre no sabía nadar, y mientras se preguntaba "¿Qué hago ahora...?", la tortuga nadó hasta la otra orilla, continuó a su paso lento pero constante y terminó la carrera en primer lugar.
Moraleja: "Quienes identifican su ventaja competitiva (saber nadar) y cambian el entorno para aprovecharla, llegan de primeros."
Pero la historia tampoco termina aquí....
Pasó el tiempo, y tanto compartieron la liebre y la tortuga que terminaron haciéndose amigas. Ambas reconocieron que eran buenas competidoras y decidieron repetir la última carrera, pero esta vez corriendo en equipo. En la primera parte, la liebre cargó a la tortuga hasta llegar al río. Allí, la tortuga atravesó el río a nado con la liebre sobre su caparazón, y ya en la orilla de enfrente la liebre cargó de nuevo a la tortuga hasta llegar a la meta.
Como alcanzaron la línea de llegada en tiempo récord, sintieron una mayor satisfacción que la que habían experimentado en sus logros individuales.
Moraleja: "Es bueno ser individualmente brillante y tener fuertes capacidades personales. Pero, a menos que seamos capaces de trabajar con otras personas y potenciar recíprocamente las capacidades de cada uno, no seremos completamente efectivos."
Coda final
Es importante advertir que ni la liebre ni la tortuga abandonaron la carrera.
La liebre evaluó su desempeño, reconoció sus errores y decidió poner más empeño después de su fracaso. Por su parte la tortuga, al notar que la velocidad era su mayor debilidad, decidió cambiar su estrategia y aprovechar su fortaleza como nadadora, en un nuevo recorrido. Después de varias contiendas, la tortuga y la liebre descubrieron que unidas lograban mejores resultados.

La liebre y la tortuga también aprendieron otra lección vital: Cuando dejamos de competir contra un rival y comenzamos a competir contra una situación, no solo complementamos capacidades, compensamos debilidades, potenciamos nuestros recursos... sino que también obtenemos mejores resultados!
Todos tenemos carreras por delante, y hay muchas maneras de ganarlas. Hay muchas liebres, muchas tortugas... y muchas metas que alcanzar!
Finalmente: "No se reúna con un grupo fácil; no le harán crecer. Vaya donde sean muy altas las exigencias y las expectativas de desempeño".